Posiblemente, se trate de uno de los tés más populares a nivel mundial. Teniendo en cuenta que en el mundo el té, en todas sus presentaciones, es la bebida más consumida del mundo, que el té de manzanilla tenga un sitial de honor ya es mucho decir.
Y es que el té de manzanilla es hoy una cuestión cultural, de tradiciones familiares, de recibir a invitados, pero también forma parte de la historia de muchos países y latitudes. Según muchas investigaciones recientes, también cuenta con muchos beneficios para la salud, lo que incentiva aún más su consumo.
Origen y propiedades medicinales
La planta de manzanilla proviene principalmente del continente asiático, si bien en Europa se cosechaba desde hace muchos siglos. En Asia, aún hoy, es una de las bebidas más populares y a la vez tradicionales, siendo utilizada tanto en eventos sociales como en ceremonias oficiales.
La manzanilla, cuyo nombre científico es Matricaria chamomilla, se ha utilizado en la medicina tradicional gracias a sus incontables propiedades, que la mayor parte del tiempo se aprovechan mediante tés o infusiones. Esto se debe principalmente a la presencia de compuestos como el camazuleno, que es un ingrediente activo muy presente en toda la planta y que se sabe que tiene propiedades antiinflamatorias y antimicrobianas.
Beneficios para la salud
Aunque en el imaginario popular muchas personas pensarán que el té de manzanilla se utiliza para absolutamente todo, lo cierto es que tanto confirmado por la evidencia científica como dado a conocer por parte de la tradición oral de los pueblos, hay unos beneficios constatados de la manzanilla en la salud:
- Relajación y sueño: posiblemente uno de sus efectos más conocidos, ya que actúa como un calmante del sistema nervioso. Por lo tanto, es una recomendación obligada para quienes padecen de ansiedad o de insomnio.
- Salud digestiva: además de ser antiinflamatorio, el té de manzanilla es antiespasmódico. Eso quiere decir que puede ayudar a combatir muchas de las molestias digestivas comunes, como los gases, los cólicos o las náuseas.
- Salud de la piel: la infusión de manzanilla, una vez se ha dejado reposar, puede utilizarse de forma tópica para calmar irritaciones cutáneas y para acelerar la cicatrización.
- Salud oral: dentro del ámbito de la salud bucodental, es bien sabido que se recomienda el té de manzanilla como un sustituto del enjuague bucal para las personas que tienen placa bacteriana o las encías inflamadas.
Usos tradicionales y modernos
La manzanilla actualmente se utiliza por sus efectos calmantes y sobre todo por sus beneficios para la salud oral. Sin embargo, a lo largo de la historia se le han atribuido muchas propiedades y se ha utilizado de distintas maneras.
Por ejemplo, se utiliza como aceite esencial, en crema y hasta en suplementos. Y se recomienda para tratar desde la gripe hasta los dolores menstruales o trastornos relacionados con el sueño. Para todos esos casos puede funcionar, aunque siempre conviene analizar la gravedad de cada síntoma y ver si hace falta visitar a un profesional.
Preparación y dosificación
Gracias a que actualmente el té de manzanilla se consigue en sobres, que sirven para una taza, la dosificación perfecta sería esa. Sin embargo, si se utilizan flores secas, lo ideal es tomar una cucharada para una taza, dejándola reposar en agua hervida durante unos 5 o 10 minutos. En el caso de las flores frescas, se debe dejar hervir junto con el agua durante unos 5 minutos, antes de que la mezcla se torne quemada.
En cuanto a la cantidad de veces que se pueden consumir, siempre dependerá del gusto de la persona si no se trata de una situación medicinal, o de las recomendaciones que hiciera el especialista en casos asociados al tratamiento de alguna afección.
El té de manzanilla, en general, es una bebida muy segura y que rara vez tendrá efectos adversos. Por eso es tan popular tanto para beber socialmente como para tratar enfermedades.



















