Si bien existen muchas formas de comer pollo, una que se ha ganado una fama bien merecida son las alitas. Ya sean fritas, ahumadas, horneadas o a la parrilla, siempre serán un plato delicioso que no puede faltar en la vida de ninguna persona.

Las alitas de pollo son un plato icónico en la gastronomía estadounidense que ha conseguido popularidad a nivel mundial. Y es que hoy en día es muy común encontrar esta comida en los menús de cualquier restaurante, sobre todo en aquellos de comida rápida.

Existen una gran variedad de alitas recetas, cada una con su combinación de sabores única que conquistan los paladares de todo el mundo, por lo que no importa como las prepares, de igual forma resultará un plato delicioso que vale la pena probar.

La popularidad de las alitas es tan grande que, incluso, existe el Día Internacional de las Alitas de Pollo, celebrado cada 29 de julio desde el año 1977. En Estados Unidos se realiza un evento en el que cada año asisten miles de personas para degustar distintas variedades e, incluso, participar en una competencia.

Historia de las alitas de pollo

Las alitas de pollo tienen su origen en Estados Unidos, más específicamente en la ciudad de Búfalo, Nueva York. Alrededor de los años 70, un grupo de amigos entró a un bar llamado Anchor para disfrutar de unos bocadillos.

Justo ese mismo día, la dueña del bar, Teressa Bellisimo, había recibido por error unas alitas de pollo por parte de su proveedor. Ella tuvo que improvisar con este ingrediente y acabó creando un plato único y totalmente nuevo.

Esta nueva creación gustó tanto que terminó siendo incluida en el menú bajo el nombre de “Buffalo Wings”, o alitas búfalo en español. Al ver el éxito de este plato, muchos otros restaurantes de la zona comenzaron a promoverlo, dándolo a conocer cada vez más.

Así poco a poco las alitas de pollo se fueron extendiendo por toda la ciudad y, eventualmente, por todo el país. En la década de los 80, se comenzó a popularizar la tradición de comerlas mientras se disfrutaba de los partidos de fútbol americano, lo que aumentó su fama aún más.

Alrededor de los 90, el plato comenzó a ser conocido a nivel mundial y muchos establecimientos empezaron a incluirlo en su menú, consolidándose así como un plato popular en todo el mundo.

Conforme los restaurantes empezaban a ofrecer alitas de pollo, algunos también iban desarrollando sus propias variaciones, como las alitas teriyaki, de barbacoa, etc.

Es por eso que hoy en día existen tantas variedades de alitas de pollo que cada persona puede disfrutar e, incluso, preparar desde su hogar siguiendo las recetas adecuadas. El secreto de la diversidad está en las salsas.

Variedades de las recetas de alitas de pollo

La versatilidad de este plato ha llevado a la creación de una gran cantidad de distintas recetas que combinan ingredientes y sabores para conseguir una experiencia única.

La receta más icónica es indudablemente la de las alitas búfalo o Buffalo Wings. El toque especial de esta receta se lo da la salsa con la que se le prepara, que tiene un ligero sabor picante, único e irresistible.

Otra receta muy conocida son las alitas teriyaki, inspiradas por la cultura y gastronomía japonesa. Estas alitas se bañan en una salsa teriyaki que combina sabores dulces y salados en una mezcla exquisita.

También están las alitas de miel y mostaza, que son sumergidas en una mezcla de estos dos ingredientes. Esta curiosa combinación saca lo mejor del dulzor de la miel y el toque picante de la mostaza.

Por otro lado, las alitas de barbacoa se preparan con una salsa BBQ lo que le confiere un sabor ahumado y dulce.

Las alitas de ajo parmesano son otra opción deliciosa para este plato. Como su nombre sugiere, estas se preparan con queso parmesano rallado y ajo picado, lo que le otorga una mezcla entre el sabor fuerte del ajo con el toque cremoso y salado del queso.

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