MÁS de 200 personalidades del mundo del arte español han firmado una carta abierta instando a los socialistas (PSOE) y a Podemos a salir de su punto muerto y formar una coalición para gobernar el país.

A sólo tres días del inicio del debate de investidura, el presidente en funciones del PSOE, Pedro Sánchez, sigue insistiendo en gobernar en minoría y no está dispuesto a permitir que el líder de la izquierda Podemos, Pablo Iglesias, sea ministro o vicepresidente.

Dice que sus puntos de vista sobre temas clave no coinciden -con algún indicio de que esto incluye la cuestión de la independencia de Catalunya- y está decidido a hacerlo solo, aunque su partido sólo tiene 123 escaños de un total de 351.

Iglesias no se rendirá y dice que cree que eventualmente se formará una coalición, pero los votantes de izquierda temen que pueda optar por no apoyar a Sánchez en la investidura en una repetición del intento fallido de este último de llegar a la presidencia a principios de 2016, lo que finalmente llevó a que el derechista PP recuperara el poder.

Las 200 celebridades apelan a Podemos y a la «generosidad» del PSOE para crear un «gobierno con visión de futuro», ya que España no ha estado gobernada por la izquierda desde el otoño de 2011.

Entre los firmantes se encuentran Javier Bardem, marido de Penélope Cruz, el director de cine vasco Icíar Bollaín, los autores Almudena Grandes y Benjamín Prado y los cantantes Ismael Serrano, Pedro Guerra y María Rozalén.

Otros del mundo del cine son Juan Diego Botto, Antonio de la Torre, Aitana Sánchez Gijón y Achero Mañas.

Dicen que escriben como’ciudadanos comunes’ que están’preocupados por el bien común’ y por el riesgo de que se repitan las elecciones, lo que podría abrir la puerta a la extrema derecha.

Iglesias ha dicho que si Sánchez decide convocar nuevas elecciones, `nunca llegará a ser presidente’, ya que tras dos elecciones generales a finales de 2015 y el verano de 2016 e incluso la amenaza de una votación el día de Navidad de ese año, más otra el 28 de abril de este año -un mes antes de las elecciones regionales, locales y al Parlamento Europeo-, los españoles están sufriendo de’fatiga electoral’.

Y las elecciones de este año, junto con las elecciones regionales en Andalucía en diciembre, vieron a la extrema derecha ganar escaños por primera vez desde la muerte del dictador General Franco en 1975.

Vox obtuvo 24 escaños en el Parlamento nacional, 12 de 110 en el Parlamento regional de Andalucía, y parece que va a llegar a un acuerdo para formar parte de los gobiernos regionales de Murcia y Madrid.

Esta organización de derecho alternativo ya ha causado polémica al exigir los nombres de los voluntarios de la asociación de lesbianas, gays y bisexuales de todo el Estado que dan charlas en las escuelas, una petición que los gobiernos regionales han rechazado por considerar que es ilegal en virtud de la legislación sobre protección de datos.

Los nombres famosos que firmaron la carta abierta escribieron: «No hay ningún problema con los números y ningún estancamiento catastrófico que pueda justificar la convocatoria de nuevas elecciones», y «No queremos que la extrema derecha se acerque a los controles del Estado».

Instan a Podemos y al PSOE a empezar, seria y generosamente', a través deel respeto mutuo y el reconocimiento’ para negociar `el gobierno polifacético y progresista por el que España votó en abril’.

«Ya no queda tiempo. El futuro de nuestra democracia necesita esto ahora», dice la carta.

El cantante Ismael Serrano relató en Twitter un antiguo cuento popular para advertir al PSOE y a Podemos de los peligros de seguir tocando las bocinas.

«La leyenda dice que en la aldea de Peumayen, dos hombres competían por ser el líder de su tribu. Decidieron desafiarse el uno al otro: Se miraban fijamente, y el primero que mirara para otro lado perdería.

«Se encontraron en el borde de la aldea, y se enfrentaron. Alrededor de ellos, la tribu miraba expectante.

«Los dos hombres estaban tan concentrados en su desafío que ninguno de ellos vio aparecer a la manada de lobos.

«La tribu se quedó sin jefe.

«Y sin una tribu.»

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